Auschwitz, 1944.
Saúl Auslander es un prisionero húngaro que trabaja en uno de los hornos crematorios del campo de concentración.
Es obligado a quemar todos los cadáveres de los habitantes de su propio pueblo pero, haciendo uso de su moral, trata de salvar de las llamas el cuerpo de un joven muchacho a quien él cree su hijo y buscar un rabino para poder enterrarlo decentemente.
Saúl se aleja de los supervivientes y sus planes de rebelión para salvar los restos de un hijo de quien nunca se ocupó cuando aún estaba vivo.
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