Tras el éxito de Lumines y apostando por su salida al mercado a la vez que su segunda parte, Mizuguchi-San vuelve a apuntar sus cualidades de combinar música, sonidos y alegría visual en un videojuego que resulta sorprendente. Hacer explotar una especie de puntero parecido a una molécula para tratar de eliminar otras moléculas similares en el tiempo prefijado y con el menor número de explosiones posibles. Como todo lo que hace Q Entertainment, es digno de ver y, sobre todo, escuchar.
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